We’re only in it for the Money
Una alegoría irónica como Herejía
Es febrero del año 1968 y aparece el álbum de Frank Zappa y The Mother of Invention –We’re only in it for the money- que hace una alegoría irónica al reciente Sgt. Pepper Lonely Hearts Club Band de The Beatles, aparecido solamente siete meses antes. Por un lado The Beatles en ese momento ya han recorrido el camino que los consagraría como los revolucionarios que transformarían la música del rock y que prácticamente asentarían el campo en lo que se transformaría en el fenómeno del pop, convirtiéndose en el prototipo del fetiche-mercancía-producción de la llamada sociedad del espectáculo.
La idea central de esta propueta es la proposición de una diagramación donde se destaca una analogación del espacio sagrado que se origina en el transcurso del paso de los signos a los símbolos, en el momento de la resignificación de la liturgia que sale de las catacumbas hacia el siglo IV, bajo la forma del icono, convirtiéndose en palabra arquitecturada y construida que abre las puertas del templo, a manera de teología visual. Posibilitando al icono el testimoniar la presencia de un santo y expresando su ministerio de intercesión y de comunión. Al tiempo que toda obra puramente estética se abre en tríptico, cuyas hojas están formadas por el artista, la obra y el espectador. El artista ejecuta su obra, juega con todo el conjunto de su genio y suscita una emoción admirable en alma del espectador. El conjunto se cierra en el triángulo del inmanentismo estético. Y aunque la emoción pase al sentimiento religioso, éste sólo viene de la capacidad subjetiva del espectador al experimentarlo. Luego entonces el ritual del icono no opera ninguna metamorfosis, sino que identifica el icono con su propia realidad de semejanza, con el Nombre dibujado, como su lugar y el centro energético de su irradiación. En síntesis el icono construye subrepticiamente un tejido espacial que segrega la indestructible coalescencia del poder temporal y espiritual. (1)
Toda esta encarnación que se dibuja en ese movimiento de parangón con que la cultura del pop presidida por The Beatles, los llevó al “pulpito de espectáculo globalizado”, es la inscripción que se propone rastrear en aras de reconocer las posibles implicaciones circunscritas en dicha operación. Al respecto se busca apoyo en la aclaración que hace María-José Baudinet refiriéndose a Nicéforo el Patriarca, cuando hace la aclaración de lo que se debe entender por las nociones de inscripción y circunscripción. Aduciendo que por la primera se deben tener dos tipos de maneras para entenderla, la primera se refiere a los caracteres de estos elementos (los del icono) que se imprimen de acuerdo a una concatenación ordenada, que procede de las sílabas, y la otra acepción hace referencia a lo que atañe a la mimética, que implica el trazado de los contornos y la representación según un modelo. En este caso la referencia es en este segundo nivel de la mimética, efecto mismo que logra Zappa al alegorizar la portada de The Beatles.
Musicalmente para el cuarteto significa su máximo logro a nivel conceptual, experimental y es su consagración como avatares de la música rock e instauradores de las máximas pleitecias del pop, que para entonces no podía ocultar una nueva esquematización mediática globalizada, que encarnaba toda una nueva visión mercadolólogica. La portada del Sgt. Pepper fue diseño de Peter Blake, artista inglés que destacó en motivos pop-art, utilizando para este diseño imágenes de arte encontrado (ready.made), que mezcla con una fotografía de los cuatro artistas vestidos de sargentos cuyo vestuario fue diseñado por el diseñador mexicano Manuel Cuevas, mezclada con un collage de personalidades famosas. Hay que destacar que la figura del cómico mexicano Germán Valdez “Tin Tan”estaba prevista y a una negación de su parte, se incluye una imagen de un árbol de Metepec que se incluyó en un extremo de la portada. Entre los rostros célebres se encontraban Marilyn Monroe, Marlon Brando, Edgar Allan Poe, Aleister Crowley, Bob Dylan, D.H. Lawrence y hasta Shirley Temple. Este momento significa por el contexto, ese espacio canonizado (en cuanto a la portada como fetiche-deseo-mercancía) que The Beatles ocuparían como plataforma de todas sus fantasías, subterfugios y evidentemente, como ventana del poder de la comunicación magnificada que representa este momento en los movimientos vanguardistas y de liberación a nivel global.
La noción de inscripción que es lo que se está ilustrando viene a colación, en el momento que se hace un análisis y recuento de los elementos que aparecen en este nivel. Primero aparecen Zappa y los integrantes de The Mothers parodiando al grupo inglés, en una verdadera orgía visual; donde había luz y radiancia, ahora hay tenebra y relámpagos, las flores están cambiadas por vegetales y sandías, y así sucesivamente los elementos heteróclitos y paradigmáticos, son suplantados y escamoteados, hasta desdibujar todo el contexto y proponer una nueva lectura, donde se circunscribe la nueva significación que ha propuesto la herejía al trastocar el espacio sagrado y divinizado que había logrado el estatus quo –fetiche-deseo-mercado-.
La circunscripción en realidad está en el espacio, en el tiempo, en su principio o en su comprensión. En el lugar, es precisamente el caso de los cuerpos puesto que hay circunscripción de todo lo que está contenido en los límites espaciales. En el tiempo y en su principio es circunscribible lo que, no existiendo anteriormente, ha empezado a existir en el tiempo. Desde el punto de vista de la comprensión, son circunscribibles aquellas cosas que abarcan el pensamiento y el conocimiento. La circunscripción está dada y existe en tanto y tan bien cuando hay perímetro y determinación de un objeto contenido y definido, o bien cuando existe delimitación de una cosa dotada de comienzo y de movimiento, o también cuando se da compresión de un objeto de pensamiento y conocimiento.
Bajo tal perspectiva los elementos circunscritos en la imagen propuesta, enumera una serie de paradigmas de una manera esquemática y bien dirigida en cuanto a su contextualización; el uniforme de sargento en el que están ataviados denotaría esa instancia de las nuevas burocracias que se pertechan en el poder judical-militar, las figuras de Monroe y Brandon traerían a colación el imperio en que estaba transformado el Hollyood de esa escena, Crowley mago y hombre perverso que convulsionó a la sociedad victoriana de su tiempo, Poe autor que hace despertar a la sociedad americana a las letras, Dylan profeta moderno y músico que determina a su generación; en fin, la propuesta es un pedestal de figuras carismáticas y lugares de la cultura contemporána cargadas de poder, en que las que las referencias circunscritas sólo hacen reclacitrar las referencias de sobrecomplacencia sin orden y denotando un caos ante el determinismo económico que se refleja en la desfachatez de una propuesta pretenciosa y arrogante. Ahora bien habrá que hacer la aclaración de cualesquier interpretación de “lo circunscrito” sólo es por un ejercicio de volición e interpretación que no responde a ningún principio coercitivo, puesto que no hay una relación consecutiva entre ambas dos nociones.
Como siguiente punto, se plantea que existe una operación que ha sido propuesta subconcientemente en la fetichización de la mercancia en los esquemas productivos y de deseo-consumo de las nuevas sociedades espectaculares. El fenómeno del pop es característico también del advenimiento de la estructuración de la sociedad del espectáculo, bajo el nuevo canon de los medios masivos de comunicación, en lo referente a la música, principalmente designa a la “otra” música, la que no tiene raíces culteranas, la que se hace proclive en los medios y los grupos subsidiarios –jazz, funk, folk, rhytmh & blues, etc.-
En esta misma línea se puede rastrear lo que recientemente han propuesto en el primer número de El Espectro Rojo (revista teórico crítica nacida de las Zonas de Disturbio y el proyecto de campus expandido del MUAC), donde se hace la reflexión de la categoría de fetiche como centro de teorización crítica de la sociedad mercantil, a la vez que se hace énfasis en el hecho de que la noción misma, emerge como complemento clave del binomio pensamiento ilustrado y colonialismo. Es de subrayar que al igual que se remarca la ocupación de la intersección entre un imaginario colonial y la producción de diversos discursos y cuerpos de análisis, también se ha hecho evidente una entronización conceptual donde es posible rastrear lo que en El Espectro Rojo se diagrama como una experiencia, en tanto que ficción teórica y ficción estética dentro del arte y dentro del capitalismo. (2)
La premisa fundamental del ensayo apuntaría a destacar como Frank Zappa y The Mothers of Invention en el álbum aludido –We’re only in it for the money-, avanzan en esa captación del fenómeno que sostiene a la nueva sociedad espectacular que Guy Dabord describe en sus tesis 4 y 11de la Sociedad del espectáculo:
“El espectáculo no es un ensamble de imágenes, sino un reporte social entre personas, mediatizado por imágenes.”“Analizando el espectáculo, se habla de cierta manera el lenguaje mismo de lo espectacular, es así que se pasa sobre el terreno metodológico de esta sociedad que se expresa en el espectáculo. Pero el espectáculo no es otra cosa que el sentido de la práctica total de una formación económico-social, su empleo del tiempo. Es el momento histórico que nos contiene”. |
profanando alegóricamente e irónicamente, ese espacio sagrado que la entronización del fenómeno pop hizo de The Beatles y su Sgt. Pepper Lonely Hearts Club Band; diagramando una HEREJÍA en el sentido peyorativo y represivo que la noción adquiere a la sombra de la ortodoxia religiosa inaugurada en 325, cuando el catolicismo se constituye en religión de estado. (3)
Es en ese sentido, que rastrear como conceptualización tal proposición, conlleva tanto la verificación de la propuesta del espacio divinizado y hecho icono, como la visión de la trayectoria del eje de fetiche-deseo-mercancía y la consecuente elaboración e implantación de una estrategia de economía y filosofía política de los nuevos medios de comunicación masiva, que han alcanzado la nueva armazón de la llamada sociedad del espectáculo, que desde 1967 Guy Dabord propuso y cuyas tesis siguen marcando el devenir de la globalización. En consecuencia el desarrollo de esta propuesta remarca el movimiento alegórico irónico –ilustrado por Zappa y The Mothers-, ahí donde es evidente el engaño y la manifestación de la falsa conciencia de los movimientos culturales espectaculares. Otra vez con Dabord en sus tesis 13 y 14:
“El carácter fundamentalmente tautológico del espectáculo deriva del hecho simple de que sus medios son al mismo tiempo su fin. Es el sol que no se esconde nunca sobre el imperio de la pasividad moderna. Recubre toda la superficie del mundo y se baña indefinidamente en su propia gloria.”“La sociedad que reposa en la industria moderna no es fortuitamente o superficialmente espectacular, es fundamentalmente espectacularista. En el espectáculo, imagen de la economía reinante, el fin no es nada, el desarrollo es todo. El espectáculo no quiere rendirse a nada, más que a sí mismo.”(4) |
Dentro del archivo se ha escogido al músico y artista Frank Zappa por ser un exponente que por su extracción (Baltimore, Maryland de padres con ascendencia siciliana-griega-árabe y francesa) dice mucho de su situación de inmigrante y la manera de representar a una nación formada a la manera de las colonias imperiales. Michel Delville y Andre Norris dicen del artista:
Zappa se muestra como uno de los más prolíficos artistas del siglo XX, un compositor cuya propuesta musical integralmente estaría acusada de exceso maximalista. Sus intentos por abarcar diferentes géneros y prácticas creativas (rock, jazz, blues, música orquestral, film, ópera,…) han sido frecuentemente interpretadas como un deseo bulímico para explorar la totalidad de los modos y estilos presentes y pasados, en razón de crear collages musicales contrastados fuertemente y establecer su reputación como un extraño en el rock y las comunidades artísticas musicales. (5) |
Como inmigrante en tiempos de guerra, Frank y su familia tienen que trasegar contra corriente y el artista asimila todos estos momentos, formando un carácter y una personalidad que lo harán destacar e integrarse en las corrientes musicales y artísticas del momento. El We’re only in it for the money, es su tercer álbum y marca a una generación y taza de manera definitiva a ese género de artistas que se distinguen por su profundidad conceptual y la inmanencia de sus propuestas, en la red existen más de media docena de ligas que proponen una militancia artística, con hondos planteamientos filosófico conceptuales, que confirman la propuesta del artista y lo relacionan con el materialismo ilustrado a la manera de Benjamin y la escuela de Frankfort. Lo anterior se reporta como una breve semblanza del conspirador y violentador, el crítico y el hereje; que ha encarnado en la figura de Frank Zappa y cuya vida y obra bien a bien provocan lo que Craig Owen refiere acerca de la alegoría, en el sentido de reconocerla (a la alegoría) en su manifestación contemporánea, registrando una idea general en lo que de verdad es, o más bien lo que representa, ya que la alegoría es una actitud tanto como una técnica, una percepción tanto como un procedimiento. Siguiendo con Owen, es este aspecto metatextual que se invoca cuando una alegoría es atacada como una interpretación adjunta post facto a un trabajo, como un ornamento retórico o un adorno. La idea a subrayar es que la estructura alegórica posibilita la lectura de un texto –en este caso de una imagen-texto- a través de otro, aun lo fragmentario, intermitente, o caótico que sus relaciones parezcan, realmente el paradigma del trabajo alegórico es el palimpsesto. Contundentemente Owen propone que la imaginería alegórica es imaginería apropiada; el alegorista no inventa imágenes sino que las confisca. Se instala para aclamar el significado cultural, posándose como su intérprete. Y en sus manos la imagen deviene “un otro” (allos = otro + agoreuei = hablar). El alegorista no restablece un significado original que pudo haberse perdido u oscurecido: la alegoría no es hermenéutica. Más allá, el alegorista añade otro significado a la imagen. Si añade, sin embargo, lo hace no sólo para reemplazar: el significado alegórico suplanta un antecedente; es su suplemento. Y es por eso que la alegoría es condenada, y también por eso es también la fuente de su pertinencia teorética. Para redondear y fijar esta idea se agrega que:
“Pudiéramos de esta manera también estar preparados para encontrar un motivo alegórico en el fotomontaje, ya que es “práctica común” de la alegoría “apilar fragmentos incesantemente, sin ninguna idea estricta de algún logro”. (6) |
Finalmente, la alegoría en sí misma, le concierne a la proyección –tanto a la espacial como a la temporal- de la estructura como secuencia; el resultado, sin embargo, no es dinámico, sino estático, ritualístico, repetitivo. Es entonces la quintaescencia de la contranarrativa, ya que arresta a la narrativa in situ, sustituyendo un principio de desconexión sintagmática por uno de combinación diegética. En esta manera la alegoría superinduce una lectura vertical o paradigmática de correspondencias sobre una cadena de eventos horizontales o sintagmáticos.
Siguiendo en la línea del planteamiento de la estructura de la herejía de Zappa a este momento de clímax de la carrera de The Beatles, hay un seguimiento en consecuencia con esa lectura de correspondencias; Zappa prosiguió su trabajo por más de veinticinco años y trascendió géneros y expectativas del arte contemporáneo, y los Beatles sólo lograron dos álbumes más y colapsaron.
En este sentido es prudentísimo hacer notar que la mismo operación se da en Warhol y con Zappa en este momento del We’re only in it for the Money, en la manera en que ambos artistas se desmarcan de la escena psicodélica que prevalece. Sería material de otro artículo, pero existen elementos en el trabajo de ambos artistas que se llegan a conjugar, similares fines en sus propuestas y una visualización que explora otro remanso que se escapa al colorido y la búsqueda de formas que impera en la escena del rock y la psicodelia; Warhol y sus huestes propugnaban por una nueva reticencia en la imagen y una adecuación hacia el vector consumista, como bandera subsumida y adaptada a una actitud de cinismo y una estética de la superficialidad. Existe en el mensaje –del conjunto en general, Warhol, el Velvet, the Factory- una nueva propuesta, que rompe con la norma de la búsqueda de los patrones clásicos de la estética y se mueve en la producción de propuestas alternativas con la esfera multimedia, en esa añoranza por la falta de ubicuidad y la búsqueda de nuevas formas de placer, a partir de los nuevos estereotipos, que proponen la urbe al desmembrarse en sus toponimias. Las figuras –sino nuevas, en presentaciones sui generis- del traficante de drogas, el trasvesti, el yonqui, etc; son las constantes en la temática del grupo. En lo personal, Warhol explora los límites del mensaje, en su íntimo vínculo con la embajada publicitaria que se magnifica y entroniza en la nueva Babel de hierro, fijando los rostros y las imágenes, declarando un limbo, que deberá ser sublimado y recontextualizado, ahora por los críticos y la nueva estirpe de artistas que devendrán en lo que se ha hecho llamar: la posmodernidad. (7)
El juicio final se dirige a remarcar esa actitud de buscar en las discusiones medievales sobre teología de la imagen y seguir con un planteamiento del arte y la estética occidental, sus implicaciones y significados en las vanguardias modernistas, a partir de la enseñanza del devenir histórico, localizando los problemas, en movimientos transversales que convulsionen el propio armazón metodológico, rastreando los nuevos encuentros y desencuentros de objeto y sujeto. En este sentido es que hacemos referencia a un último movimiento siguiendo a Raoul Vaneigem en el momento que hace la reflexión de que l hombre actual está pagando el precio de la representación en términos de la estrechez del mundo y la complacencia personal. Anteponiendo la sobrevivencia por la vida, y el ejercicio intelectual por la existencia, mientras el cuerpo es dejado para expresar su descontento a través de la enfermedad y el malestar; una condición humana esencialmente miserable. Hipocresía acompañada de un descarado determinismo económico. Reproducción de la misma ideología en cualquiera de los espacios de su vida social e intelectual, confirmando su existencia por su ausencia. Diez milenios de economía aceptada como historia, verdades eternas y causas sagradas gobernando al amo y al esclavo, a través de generaciones sacrificadas intemperadamente. Ideología y mito en un striptease largo y sangriento, la democracia como ropaje, en las vestiduras del estado-nación, ya sin velos que cubran las vascas de la humanidad. Ni ilusión ni subterfugio para corroborar el mismo principio de la sobrevivencia humana a expensas de la vida. Devaluación y degradación a costa de la sobrevivencia de las especies. El fin de la ideología y el colapso de los sistemas de supervisión administrativa.
Dios, el Diablo, el Estado, la Revolución, el Supremo Saber, la Izquierda o la Derecha; la religión tramando su red. El dogma absoluto impuesto desde la infancia, bajo la creencia supersticiosa de la irreparable invalidez de los seres humanos. El apocalipsis disuelto entre el destino individual y comunal. Las galas de tal teatro de danza macabra y tragedia melodramática están presentes de inicio a fin, bailando y actuando la caída del imperio del mercado. Tras el atisbo del desastre nuclear se tambalean los despojos y ruinas del capitalismo de los monopolios y el Estado, viejas fábulas prediciendo la muerte de los dioses y la aniquilación universal, la Hora Final al otro lado del panteón dedicado a lo que viva al otro lado de la vida.
Los primeros signos, tras el fin de la tiranía del reino de la economía, se manifiestan más por el miedo, que por la joie de vivre o la relajación creativa. ¿El hormiguero proletario bajo reflejos insurreccionales, rompe con el poder patriarcal, cuya senilidad burocrática, se manifiesta desde los rumores de alarma exagerados, de acuerdo a la moda del momento, dígase; terrorismo, desempleo, bancarrota, hambruna, crimen cáncer, VIH, o polución? No, el miedo es a la creación de la propia vida, se ha sacrificado el derecho y el beneplácito propio que produce el egoísmo.
En tanto algunos proclaman la muerte de Dios, la promesa de salvación hecha por la economía, no anuncia más que la ruina futura, los entes comunitarios tanto como los agnósticos no se hayan y colapsan ante la debacle. La religión Católica y su caparazón a lo largo de su trajín desde la catacumba hasta la instauración del nuevo Estado, han diseminado enjambres de párrocos exaltando la moralidad en el nombre de la empresa Apostólica y Romana. Después la lucha se llevó hasta el altar del proletariado, y aquello que había empezado como una revolución contra la miseria, se torno una revolución miserable, donde también están condenados los más vociferantes sembradores de la emancipación y la felicidad, en las costras de la impotencia en la que se hacen yacer. Al parecer hay que saber vivir, conociendo y comprendiendo el mundo, sin transmitir el propio rencor, sin cacarear como lo hacen los cuervos desde el púlpito de los muertos vivientes, con sus figuras parroquiales. (8)
Notas y bibliografía
1. Evdokimov, Paul. 1991. El arte del icono. Teología de la belleza. Madrid. Publicaciones Claretianas.
2. El espectro rojo. http://www.espectrorojo.com/1/es/index.html
3. Vaneigem , Raoul. 2008. Las herejías. Jus.
4. Dabord, Guy.1967. La sociedad del espectáculo. Tercera edición de 1992.
5 .Delville, Michel, Norris Andrew. Disciplined Excess: The Minimalist / Maximalist Interface in Frank Zappa and Captain Beefheart. Localizada en la dirección: http://www.cipa.ulg.ac.be/pdf/delvillenorris.pdf
6. Owen, Craig. 1994. Beyond Recognition: Representation, Power, and Culture. University of California Press
7. http://www.antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=670
8. Vaneigem, Raoul. 1998. The Movement of the Free Spirit. Zone Books.
9. Boudinet, Jean Marie. “El Rostro de Cristo” en Michel Feher (ed.) 1989. Fragmentos para una historia del cuerpo humano. Cátedra.
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